LA VISITA A COMILLAS
Este pueblo -con nombre de marcas ortográficas :)- es otra de las principales atracciones turísticas de Cantabria, tanto por su playa como por el conjunto de edificios modernistas. Más propios de Barcelona, que nadie espera encontrarse en una zona como esta.
Comillas tiene una vasta historia. El asentamiento ya existía antes de que los romanos pusieran el pie por estas tierras y siempre ha sido un punto importante dentro de la zona cantábrica.
Curiosamente, en determinados períodos su historia ha estado centrada en un enfrentamiento económico y político con el vecino municipio de San Vicente de la Barquera, con quien se disputaba derechos y libertades territoriales y mercantiles.
Este pueblo tiene un interesante pasado económico, ya que durante la Edad Media, el municipio se convirtió en el centro neurálgico de la pesca ballenera de la región, alcanzando alta fama a nivel nacional. Una actividad poco usual para el ciudadano actual, pero que en aquella época gozó de gran esplendor en la costa Cantábrica. Las ballenas eran arponeadas en mar abierto y arrastradas hasta la costa para su despiece y aprovechamiento.
Otra curiosidad muy interesante es que, a finales del siglo XIX, el primer marqués de Comillas, y amigo del rey español Alfonso XII, lo invitó a pasar unos días a su tierra natal y, como en la película de Berlanga de 1953 «Bienvenido Mr. Marshall», los vecinos engalanaron el pueblo durante meses para la ocasión. Al parecer ser buenos anfitriones viene de lejos… 🙂
El municipio fue decorado con diferentes instalaciones entre las que destacó la colocación de 30 farillos eléctricos que se iluminarían con la llegada del rey, lo que convirtió a Comillas en la primera ciudad de España con luz eléctrica en sus calles. Y ATENCIÓN porque los farolillos fueron directamente traídos desde los laboratorios de Thomas Alva Edison en Newcastle y París! Sin miseria ninguna 🙂
QUÉ VER EN COMILLAS
Siguiendo con los datos curiosos, Comillas es un municipio que mezcla edificios medievales y barrocos con palacios y monumentos modernistas, diseñados por artistas de la talla de Gaudí o Domènech i Montaner. Esto sirve como pista para entender la importancia económica de la que ha gozado históricamente esta villa.
De hecho, Comillas es en uno de los pocos lugares fuera de Cataluña donde los artistas modernistas desarrollaron su actividad, dejando constancia de ello en todo el municipio.
Además, la localidad albergó la Universidad Pontificia Comillas desde su origen hasta su traslado a Madrid lo que le dio el apodo popular de la «villa de los arzobispos» por las figuras eclesiásticas que aquí se formaron.
Por tanto, si andamos por Comillas no debemos perdernos los vestigios de su época de mayor esplendor visitando la Universidad Pontificia de Comillas, el Palacio de Sobrellano, la Capilla-Panteón de los Marqueses de Comillas, el Capricho de Gaudí o el Monumento al Marqués de Comillas, desde donde podremos disfrutar de unas espectaculares vistas.
Tampoco podemos olvidar, el Cementerio de Comillas ni el Casco Antiguo, un buen lugar donde pasear y hacer un alto en el camino para comer algo en alguna de las múltiples terrazas que lo salpican.
Para acabar con las curiosidades, es interesante saber que la Familia Real Española comenzó a veranear en esta localizad allá por mediados del siglo XIX, lo que generó que gran parte de la nobleza de la época, en una imitación de las costumbres reales, comenzara a visitar Comillas.
Cómo los nobles son gente de dinero se construyeron sus segundas residencias en el municipio, lo que dio origen al rico patrimonio arquitectónico de la villa. Incluso hoy día esta zona sigue siendo muy frecuentada por los descendientes de aquel estrato social.
SAN VICENTE DE LA BARQUERA
A pocos minutos en coche de Comillas se encuentra San Vicente de la Barquera, un pequeño pueblo que saltó a la fama en los años dos mil por ser el lugar de nacimiento del conocido concursante de Operación Triunfo, David Bustamante, que acabó alcanzando fama internacional desarrollando una exitosa carrera en el mundo de la música que ha llegado hasta nuestros días.
Al igual que el presidente Revilla, Bustamante es otro cántabro amado y odiado a partes iguales, pero defensor a ultranza de su tierra, por lo que se ve es algo propio de los habitantes de esta región… 🙂
San Vicente tiene miles de años de historia, de ello dan fe los vestigios encontrados de asentamientos en la Edad del Bronce. Sin embargo, fue a mediados del siglo VIII cuando el territorio fue replobado por el rey castellano Alfonso I levantando el castillo a partir del cual se iría formando la villa de San Vicente.
El año 1210 fue un punto importante en la historia del municipio, puesto que recibió el privilegio de villazgo, con lo que le fue otorgado el mismo fuero que a San Sebastián. Este privilegio dio origen a un largo período de expansión económica, centrada principalmente en el comercio marítimo y los derechos sobre las actividades marítimas pesqueras.
El auge tuvo su fin a mediados del siglo XV como consecuencia de una serie de incendios y epidemias que diezmaron a la población. Desde entonces la villa ha evolucionado sin mucha pena ni gloria hasta nuestros días, aunque siempre desempeñando un papel de cierta relevancia en el devenir económico y político de la región cántabra.
QUÉ VER EN SAN VICENTE DE LA BARQUERA
Hoy día San Vicente es un municipio dedicado principalmente al turismo, para el que ofrece atractivos diversos tanto a nivel natural como cultural.
Del primer tipo destaca el parque natural de Oyambre, un espacio costero protegido desde 1988 compuesto por acantilados, playas, rías, marismas y pequeños bosques, que ofrecen al turista gran variedad de espacios para disfrutar de la naturaleza. Aquí podrás practicar actividades de aventura, como el senderismo o el «mountain bike» o, si lo prefieres, podrás disfrutar de la relajación de actividades como la pesca o el baño en cualquiera de sus playas.
A nivel patrimonial, lo primero que nos sorprende al acceder a este pueblo enclavado entre dos rías es el Puente de la Maza, una importante obra de ingeniería medieval del siglo XV construida íntegramente en mampostería -piedra-
Con sus imponentes más de 500 metros de longitud y sus 28 ojos, nos permite entrar al municipio cruzando la ría de San Vicente a través de la actual carretera nacional N-634. Cuando fue construido en la época de Carlos III, era considerado uno de los puentes de mayor longitud del reino.
Dentro del casco urbano, el municipio dispone de varias construcciones de carácter monumental, entre las que cabe destacar la espectacular Iglesia gótica de Santa María de los Ángeles, situada en el punto más alto de la villa, constituyendo todo un emblema de San Vicente.
Otros dos puntos de visita obligada con el convento de San Luis -actualmente en ruinas y cuya visita debe hacerse con guía previa solicitud a la Oficina de Turismo- y el Castillo de San Vicente de la Barquera, construido en 1210 como elemento defensivo de la villa tras la concesión de su fuero.
LA PUEBLA VIEJA DE SAN VICENTE
El casco antiguo, o «Puebla vieja» alberga otras sorpresas al turista más inquieto, como la Casa o Palacio de los Corro, actualmente Ayuntamiento San Vicente, una construcción renacentista promovida por el inquisidor Antonio del Corro para acoger a los peregrinos que acudían a la ciudad en su recorrido del Camino de Santiago.
Frente a ella se encuentra la Torre de Preboste, un torreón defensivo del siglo XIII que servía de puerta de acceso a la villa para controlar y cobrar el diezmo a todos los que acudían y que en determinadas épocas también sirvió de cárcel.
Los restos de la muralla y las puertas de acceso a la villa se encuentran dispersos por la Puebla Vieja y suponen otro incentivo para recorrer este pedazo de la historia de la ciudad.
Para finalizar la ruta, una buena idea es visitar la Capilla de la Virgen de la Barquera, situada en el lugar donde según cuenta la leyenda, la virgen patrona del municipio, apareció sobre una pequeña embarcación sin ningún tipo de tripulación, algo que fue considerado como milagroso por parte de los habitantes del pueblo y, en cuyo honor, construyeron este santuario.
Al igual que otros pueblos de la zona, San Vicente forma parte de la Ruta Lebaniega, que enlaza el Camino de Santiago de la costa con el Camino Francés por lo que es un punto transitado por multitud de peregrinos en su ruta hacia Santiago de Compostela.
En resumen, un pequeño municipio con una amplia historia y un rico patrimonio que, sin duda, merece la pena visitar en nuestra ruta por Cantabria.
CÓMO LLEGAR A COMILLAS Y SAN VICENTE
A excepción de Santander, capital de la Comunidad Autónoma de Cantabria, y de algunos municipios costeros muy turísticos, el resto de la región sólo tiene conexión por carretera, por lo que en este viaje el vehículo privado será tu gran aliado.
No estamos diciendo que no se pueda llegar en autobús a los principales puntos de interés de la región, pero se pierde mucho tiempo tanto en trayectos como en combinaciones, por lo que no lo recomendamos para nada si quieres aprovechar cada segundo de tu viaje.
Además los paisajes y las tranquilas carreteras hacen que conducir por aquí sea toda una experiencia en sí misma por lo que no lo dudes y ven en coche!
Si no dispones de coche o moto recuerda que siempre puedes plantearte el alquiler de un vehículo con el que llevar tu visita a Cantabria a otro nivel!
DÓNDE DORMIR EN COMILLAS Y SAN VICENTE
En general Cantabria no es una región cara pero si te alojas en zonas muy turísticas y con poca demanda los precios pueden subir un poco. Este es el caso de Comillas y San Vicente, especialmente en verano donde pernoctar se te puede ir fácilmente por encima de los 100€ la noche en habitación doble.
Por si fuera poco, ambos municipios forman parte del Camino de Santiago, por lo que la afluencia de turistas se mantiene todo el año. El Albergue La Huella del Camino es una buena opción si quieres dormir por unos 20€ por persona. Eso sí, reserva con antelación porque suele estar siempre completo. Una del las pocas opciones LOW COST que existen para pernoctar en esta zona.
Sin embargo, como la capital está bastante cerca, nosotros recomendamos dormir en Santander, que al tener más oferta presenta unos precios bastante más bajos. Durante la temporada baja no es difícil encontrar buenas habitaciones dobles alrededor de 40 – 50€ la noche.
En cualquier caso, si quieres saber más sobre dónde dormir en la capital te recomendamos que te pases por nuestro post de Santander.
¿Y de la comida qué? Pues bien, en San Vicente, había algún que otro restaurante con buena pinta y amplias cartas de pescado pero no nos paramos a comer, por lo que no os podemos recomendar gran cosa. Por su parte, los locales de Comillas nos dieron la sensación de estar muy enfocados al turismo, por lo que no nos acabó de parecer un lugar idóneo donde poder comer de manera LOW COST ya que la relación calidad-precio no es comparable a otros lugares cercanos o al propio Santander.
Si quieres saber dónde comer realmente bien en la capital no te pierdas nuestro post en Santander.
Además, si tienes un día extra puedes visitar Santillana del Mar y las Cuevas de Altamira, aquí te dejamos nuestra ruta!