Ruta sencilla en los Picos de Europa

En este post os vamos a hablar de la Ruta del Cares, una ruta sencilla pero de largo recorrido que circula siguiendo el cauce del río Cares al borde de acantilados de más de 300 metros de desnivel.


El Cares es un río de montaña bastante corto que discurre entre la provincia de León y Asturias. Sin embargo, sus 54 kilómetros de longitud y su gran desnivel le han permitido excavar uno de los valles más espectaculares de los Picos de Europa, con paredes verticales a ambos lados del cauce.


La ruta completa discurre desde Poncebos hasta Posada de Valdeón, es lineal y tiene una longitud de 21 kilómetros, por lo que sólo es posible hacerla si alguien nos recoge en coche al final del trayecto. Como esta opción no suele ser factible para la mayoría de los viajeros, lo más común es hacer la versión «corta» de 12 kilómetros que va desde Poncebos hasta Caín.


Esta variante es la que nosotros hicimos al igual que 99% de la gente. Además es suficientemente espectacular como para sentirse satisfecho con la experiencia del Cares!


La ruta del Cares es la ruta de senderismo más famosa de todos los Picos de Europa y con razón porque su trazado y su espectacularidad visual y paisajística no tienen comparación.


El alucinante origen de la Ruta del Cares


Todo el que recorre este sendero se hace la misma pregunta ¿Cómo se ha construido y para qué? Pues bien, la primera parte del trabajo se hizo sola, o mejor dicho, se la debemos al agua y la gravedad.


El río Cares en su vertiginoso descenso desde su nacimiento a 1.600 metros de altitud erosiona y disuelve la roca caliza que encuentra a su paso formando un desfiladero de paredes verticales y cortados de vértigo. Si a esto le sumamos los increíbles picos que rodean la garganta tenemos los ingredientes para la ruta perfecta!


Pero no hay ruta sin un camino por el que pasar, y aquí es donde interviene la mano del hombre…
La energía hidroeléctrica fue una revolución a principio del siglo XX y en esta zona es bastante obvio que sobra agua y desnivel, los dos ingredientes básicos de un aprovechamiento hidroeléctrico. Así que entre 1915 y 1921 la Sociedad Electra de Viesgo construyó un canal para conducir el agua del Cares desde Caín hasta la central hidroeléctrica de Poncebos.


La idea inicial era construir un túnel de 11 kms de longitud que conectara la presa de Caín con la cámara de carga de Camarmeña, pero esta idea, que a priori parece una loca, efectivamente acabó siendo una locura.

Aparecieron muchos problemas técnicos y la idea se desestimó en favor de la construcción del canal que aparece y desaparece a voluntad del terreno y de los ingenieros que lo diseñaron.
El canal tiene 71 tramos de túnel barrenados a mano y se emplearon más de 2.000 trabajadores en su construcción, de los que 11 fallecieron en accidentes laborales. Lo que da una idea de la peligrosidad de esta labor.


El caso es que el canal se construyó y ahí quedó la cosa, hasta que en 1945 se decidió construir una senda para facilitar las labores del mantenimiento del canal, que eran cada vez mayores por el deterioro del canal con el paso de los años.
De esta manera desde septiembre de 1945 hasta junio de 1950 se llevaron a cabo trabajos de excavaciones y voladuras con dinamita para horadar en las paredes verticales un sendero que, siguiendo el trazado del canal, permitiera un acceso fácil y seguro al mismo.


Por cierto, los taladros perforados para insertar las cargas de dinamita de las voladuras son todavía visibles en las paredes del sendero durante todo el recorrido.

En la construcción se levantaron muros de piedra, se construyeron puentes, se abrieron túneles e incluso se levantaron rudimentarios teleféricos para cruzar personas y carga de uno al otro lado del río, toda una hazaña que si se antoja difícil con la tecnología actual. Imaginad hace más de 70 años!


Ahora ya lo sabéis, la ruta del Cares discurre por un sendero excavado a pico, pala y dinamita en las laderas verticales de la garganta del Cares. Una monstruosa obra de ingeniería de principios del siglo XX que está al nivel de las grandes construcciones modernas.


Dónde aparcar en la ruta del Cares


Como hemos comentado la ruta comienza en Poncebos. Sin embargo, nuestra recomendación es dejar el coche en un parking libre que hay un kilómetro antes de llegar al pueblo, en la carretera que sube desde Las Arenas.


Es conveniente llegar temprano, antes de las 10:00 para evitar problemas de aparcamiento. Si llegáis más tarde es muy probable que el parking esté lleno. Cuando esto ocurre la gente se vuelve loquísima y empieza a dejar los coches en el mismo arcén de la carretera, algunos de una forma un tanto salvaje, dejándose parte de los bajos como recuerdo en los Picos de Europa.


Obviamente esta forma de aparcar puede ser motivo de sanción y retirada con grúa. Aunque cuando nosotros estuvimos nos dio la sensación de que se hace bastante la vista gorda con este tema.


Comienzo de la ruta del Cares


Desde el parking subimos alrededor de kilómetro y medio por el arcén de la carretera (si no está ocupado por vehículos). Pasamos la central eléctrica de Poncebos con el pequeño embalse que la abastece y, justo al cruzar un túnel, llegamos a una bifurcación.


Nosotros seguiremos recto, porque si cogemos a la izquierda nos metemos directos en el puerto que sube al precioso pueblo de montaña de Sotres. Al pasar la bifurcación hay un par de hoteles donde se puede desayunar o tomar algo a la vuelta y justo después de ellos sale una carretera tremendamente serpenteante a mano derecha que sube al mirador del Naranjo de Bulnes, uno de los varios que hay por la zona.
Pero nosotros pasamos por alto ese desvío y continuamos recto ascendiendo unos 500 metros hasta llegar a una caseta de madera, punto de información desde donde comienza la ruta del Cares.


Los muy madrugadores pueden dejar el coche aparado a lo largo de todo este tramo que asciende desde la bifurcación hasta el inicio de la ruta, recortando un par de kilómetros de ida y otros tantos a la vuelta. Incluso había campers que tenían pinta de haber pasado la noche allí.


Sin embargo, por como estaba aquello de gente calculamos que será imposible aparcar en esta zona después de las 8:00. De hecho, los días de mucha afluencia de visitantes cortan el tráfico y no se puede continuar en vehículo más allá de la bifurcación.


Recorriendo la ruta del Cares


La ruta del Cares propiamente dicha comienza frente a la caseta de información. Tiene un par de kilómetros iniciales bastante duros por la inclinación y porque hay mucha piedra suelta, terreno perfecto para las aglomeraciones porque siempre hay alguien a quien se le atraganta la cuesta más de la cuenta. Sin embargo, una vez llegado al collado la ruta se vuelve bastante plana, aunque siempre picando hacia arriba porque estamos remontando el cauce del río.


El paseo no tiene ninguna dificultad técnica ni física más allá de los 25 kilómetros que supone el trayecto de ida y vuelta hasta Caín. De hecho, la mayoría del camino está mucho menos expuesto de lo que parece, aunque si te arrimas al filo al cruzarte con gente sentirás el vértigo que provoca el fuerte desnivel, que en algunas zonas puede superar los 300 metros de caída vertical.
En cualquier caso, por mucho vértigo que tengáis el peligro el casi nulo y os animamos a hacer la ruta porque la vais a disfrutar!


El sendero va discurriendo por la ladera de la montaña ofreciendo unas vistas espectaculares en cada recodo y sorpresas en forma de cabras que andan por los riscos como si la gravedad y el vértigo no fuese
con ellas.


Los túneles de la Ruta del Cares


La mayor parte del tramo central de la Ruta del Cares es bastante similar hasta llegar al último kilómetro y medio donde se empiezan a suceder varios túneles de roca que acaban desembocando en la presa de Caín.
Ojo con la cabeza si medís más de 1,70 porque hay zonas bajas y podéis daros un buen raspón! Y ojo también al suelo porque hay muchas filtraciones y está encharcado. Así que aquello es zona minada 🙂 Una vez pasados los túneles se llega a la presa de Caín, un pequeño pantano de aguas cristalinas donde es fácil ver truchas campando a sus anchas. Y tras la presa de Caín se encuentra el pueblo y lo más importante, un quiosco que ofrece tercios de Estrella Galicia a 2,00€ y que permite el pago con tarjeta!

La Estrella más merecida del año 🙂


Tras reponer fuerzas no os apalanquéis mucho porque os queda deshacer el camino hasta llegar al coche, así que ánimo y a andar!

En total la ruta se hace en unas 6 horas con un paso más o menos ligero más el tiempo que os toméis para descansar. En condiciones meteorológicas favorables y sin nieve ni hielo es una ruta muy sencilla, apta para toda la familia. Aunque eso no quiere decir que no sea necesario llevar calzado y ropa de montaña así como agua y comida suficientes.
Otra historia sería hacerla con nieve o hielo… porque la peligrosidad debe aumentar bastante, pero eso se lo dejamos a los expertos 🙂
Si os ha gustado esta ruta, aquí os dejamos otras actividades para que disfrutéis al máximo de vuestro viaje por los Picos de Europa.


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